Si escuchas al cuerpo, nunca comerá en exceso ni nunca menos.
Algunos científicos han estado trabajando en este problema y han descubierto un fenómeno muy interesante: los niños pequeños comen cuando tienen hambre y se van a dormir cuando tienen sueño; ellos escuchan a sus cuerpos. Pero los padres, los confunden, los obligan: "Es la hora de la cena, o de la comida, o de esto y aquello, o es hora de dormir; ¡venga!". No les permiten seguir a sus cuerpos.
Así, un investigador probó a dejar a niños a su libre albedrío. Trabajaba con veinticinco niños; no se les obligó a dormir ni se les forzó a levantarse. Durante seis meses no se les obligó a nada. Y de ello sobrevino una comprensión muy profunda.
Durmieron estupendamente. Tuvieron menos sueños, sin pesadillas, ya que las pesadillas procedían de las imposiciones de sus padres. Comían bien, pero nunca demasiado; tampoco menos de lo necesario, y a veces incluso no comían nada. Cuando el cuerpo no lo sentía, no comían y nunca se enfermaron debido a la alimentación.
Se llegó a entender algo que nadie hubiera sospechado, algo milagroso. ¡ Fue todo un descubrimiento! Se llegó a entender que si un niño enfermaba, entonces no comía ciertos alimentos. Y los científicos trataron de entender por qué no comían esos alimentos: los analizaron y descubrieron que, para esa enfermedad en particular, esos alimentos eran nocivos, ¿Cómo podría haberlo sabido el niño? El cuerpo sabe.
Y cuando el niño estaba creciendo, comía más de aquello que era necesario para su crecimiento. Entonces lo analizaban y descubrían que esos ingredientes eran de gran ayuda para el crecimiento.
Texto extraído del libro El libro de la nada de Osho.
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